Fenómeno es el modo de ser objetivo de algo: un modo señalado de ser-objeto. Implica el rechazo de otros modos de ser-objeto de lo ente.

Las ciencias de los fenómenos determinan lo ente tal como ello se muestra en la experiencia.

La labor de la filosofía se va centrando cada vez más en la teoría de la ciencia, en la lógica y en la psicología. La ciencia del espíritu y la filosofía toman la orientación de la ciencia natural que viendo realizado en la ciencia natural el conocimiento verdadero, busca condiciones de dicho conocimiento en la conciencia dando un paso adelante en la línea que Kant había marcado.

En las últimas décadas del siglo XIX la filosofía se ocupó principalmente del fenómeno de la conciencia. Los fenómenos de la conciencia se consideraban vivencias; la trabazón de todas ellas, vida. No se hacía una reflexión profunda sobre el objeto de la filosofía.

En esta coyuntura científica nacen las “Investigaciones lógicas” de Husserl sobre objetos tradicionalmente asignados al campo de la lógica, haciendo Husserl lo que él llama una “fenomenología”, es decir, una psicología descriptiva: ¿dónde está aquí lo objetivo de que habla la Lógica?

Fue importante el trabajo de Brentano, que había caracterizado a la conciencia de algo como intenciomalidad. Husserl avanzó en este aspecto radicalizando a Brentano.

Fenomenología es un modo de investigar: hablar de algo tal como ese algo se muestra.

Hemos heredado el prejuicio griego que creen encontrar el conocimiento en todo lo que sea válido universalmente. ¿Es lícito tomar las matemáticas como modelo de las demás ciencias?

La fenomenología solo habla de los objetos en la medida que están en la intuición. Comprende aquellos objetos que se determinan mediante los rótulos de “vivencias” y “nexos de conciencia”.

La evolución posterior de la fenomenología se resume en cuatro rasgos:

1. La conciencia como campo temático. Se introduce el idealismo trascendental (Descartes, Dilthey).
2. Las investigaciones realizadas en el campo de la lógica se aplican también en otros sectores tradicionales.
3. Afán de sistema
4. Resultado: indefinición general, irreflexión y ligereza. Moda filosófica.

Los objetos deben tomarse tal como aparecen ante un determinado mirar que surge de estar-orientado en ellos.

Hay que desmontar la tradición que impide aprehender la cosa libre de encubrimientos: hace falta una crítica histórica radical, tarea fundamental de la filosofía. “Desmontar” quiere decir retorno a la filosofía griega, a Aristóteles para ver cómo lo que era originario decae y queda encubierto. la idea es volver a configurar de nuevo la posición originaria para dar de nuevo con el objeto de la filosofía.

La hermenéutica de la facticidad, una “interpretación” trata de identificar una noción verdaderamente rigurosa de la categoría de fenómeno tomando como punto de partida la actualización del momento presente y destacando que el ser en el modo de encubrirse y el velarse es inherente al carácter-de-ser del ser que es objeto de la filosofía.

Toda interpretación es una interpretación conforme a algo, conforme a un haber previo que se debe interpretar y que hay que buscar en la trama de objetos, en lo que reside en su fondo. Es decir, la marcha de la hermenéutica ha de venir señalada por el propio objeto.

“El tránsito de un cómo entendido de manera vacía a un cómo asumido debe hacerse explícito, aunque sea de modo sucinto, mediante las consideraciones metodológicas más indispensables. […] Hay que hacer que ese fenómeno llegue verdaderamente a la intuición, de tal manera que en él el existir mismo pueda sacar a la luz determinadas características de ser propias correspondientes a los rasgos principales hallados en la indagación hermenéutica. Hay que lograr que el existir se vea en el campo del análisis de manera más expresa que hasta ahora.”

“Lo que de esa manera se tiene de antemano en todo acceso a lo ente y trato con lo ente lo denominaremos haber previo […] existir (vivir fáctico) es ser en un mundo”.

“De lo que se trata es de, partiendo del contenido de la indicación, indeterminado pero en cierto modo entendible, hacer que el entender alcance el curso adecuado para el mirar”.

a) El esquema sujeto-objeto

“Lo primero que hay que evitar es el esquema de que hay sujetos y objetos, conciencia y ser; de que el ser es objeto del conocimiento; que el ser verdadero es el ser de la naturaleza”

Ver Braver, L., A Thing of This World. A history of Continental Anti-Realism. (2007)

El esquema sujeto-objeto que se ha ido configurando en la historia de la tradición “impide de manera fundamental y definitiva el acceso a aquello que se quiere indicar con “vida fáctica” (“existir”)”. El noventa por ciento de la literatura filosófica se ocupa de hacer que estos problemas en su tergiversación no desaparezcan, complicándolos siempre de nuevo más y más. Entretanto, de modo inadvertido, hay quienes sin llamar la atención han acabado con el falso problema (¡Husserl en sus Investigaciones Lógicas).

b) El prejuicio de la ausencia de perspectiva

Este prejuicio equivale a la falta de crítica con que se construye y teoriza […] Se eleva la falta de crítica a principio, haciéndola figurar explícitamente entre las consignas de la en apariencia suprema idea de cientificidad y objetividad.

“Ausencia de perspectiva, si la expresión ha de significar algo, no es otra cosa que la explícita apropiación del punto de vista”.