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xx:antecedentes

**¡Esta es una revisión vieja del documento!**

Filosofía del siglo XX. Antecedentes.

Schopenhauer

Bergson

Es decir, que la teoría del conocimiento y la teoría de la vida nos parecen inseparables una de otra. Una teoría de la vida que no se acompañe de una crítica del conocimiento está obligada a aceptar, al pie de la letra, los conceptos que el entendimiento pone a su disposición: no puede sino encerrar los hechos, de grado o por fuerza, en cuadros preexistentes que considera como definitivos. Obtiene así un simbolismo fácil, necesario incluso quizás a la ciencia positiva, pero no una visión directa de su objeto. Por otra parte, una teoría del conocimiento, que coloca de nuevo a la inteligencia en la evolución general de la vida, no nos enseñará ni cómo están constituidos los cuadros de la inteligencia, ni cómo podemos ampliarlos o sobrepasarlos. Es preciso que estas dos investigaciones, teoría del conocimiento y teoría de la vida, se reúnan, y, por un proceso circular, se empujen una a otra indefinidamente. Así podrán resolver por un método más seguro, más cercano a la experiencia, los grandes problemas que presenta la filosofía. Porque, si tuviesen éxito en su empresa común, nos harían asistir a la formación de la inteligencia y, por ende, a la génesis de esta materia cuya configuración general dibuja nuestra inteligencia. Ahondarían hasta la raíz misma de la naturaleza y del espíritu. Sustituirían el falso evolucionismo de Spencer —que consiste en recortar la realidad actual, ya evolucionada, en pequeños trozos no menos evolucionados, luego en recomponerla con estos fragmentos y en darse así, de antemano, todo lo que se trata de explicar— por un evolucionismo verdadero, en el que la realidad sería seguida en su generación y su crecimiento.” (Bergson 1963, pp. 436-7)

Bergson reconoce dos fuentes de conocimiento de la vida: el entendimiento que filtra conceptualmente la realidad desde un criterio práctico y la intuición que nos traslada al núcleo vital de la realidad. A partir de esta distinción se establecen dos experiencias del tiempo: la del entendimiento que construye el tiempo físico medible y la de la experiencia interna de la intuición que vive el tiempo como duración. (Adrián

Bibliografía

Adrián J., Heidegger y el concepto del tiempo, ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.11, 1999, pp. 211-226. UNED, Madrid
Bergson, H., La evolución creadora, en “Obras escogidas”, Madrid, Editorial Aguilar, 1963.

xx/antecedentes.1514279986.txt.gz · Última modificación: 2017/12/26 09:19 por Joaquín Herrero Pintado