CTS
Ciencia, Tecnología y Sociedad
La tecnociencia ha producido el fenómeno llamado globalización, que se caracteriza por la interdependencia económica y el trasvase cultural, lo cual significa que no nos vale el análisis de Kuhn para la perspectiva axiológica, pues para Kuhn los egresados del mismo laboratorio pertenecerían a una misma comunidad científica y por lo tanto compartirían valores, sin embargo nos encontramos a individuos de la misma comunidad científica posiciones antagónicas.
Esta aparente contradicción se debe a que los valores se conforman dentro de cada práctica específica y cada una a la vez está condicionada por el contexto de intereses donde se desarrolla. Las prácticas de los científicos al servicio de empresas donde la ganancia económica y el secreto científico o las patentes son valores centrales no comparten la misma posición axiológica que los científicos al servicio de instituciones públicas de investigación, para quienes lo valioso puede ser más bien ofrecer al resto de la sociedad un conocimiento confiable para enfrentar ciertos riesgos.
Ver Amartya Sen para una propuesta de axionomía general de la ciencia y la tecnología.
La idea de la neutralidad axiológica de la ciencia, de una ciencia sin valores, ha sido el lugar común de muchos filósofos de la ciencia, sociólogos, historiadores y de científicos relevantes (Poincaré, Einstein)
David Hume afirmó la neutralidad axiológica de la ciencia, y esa creencia se ha convertido en uno de los principales dogmas del positivismo.
Auguste Comte lo afirma al poner la ocientífica ciencia bajo la objetividad de los hechos y al margen de los valores
Bertrand Russell habló de la subjetividad de los valores, contrastándolos con la objetividad de la ciencia
Alfred Ayer habló de la componente emocional de los valores como si el conocimiento y el sentimiento fueran dos áreas distintas e incompatibles
G. E. Moore desarrolló a fondo el tema de la falacia naturalista y formuló la dicotomía hechos-valores
Max Weber habló de la “ciencia sin valores”
Esta dicotomía entre ciencia y valores aunque obsoleta (es “ídolo de la tribu”, como diría Roger Bacon) se sigue afirmando aún hoy, creyendo que el científico mientras actúa como científico se despoja de valores que vuelve a adquirir cuando actúa como ciudadano común.
Muchos autores (Merton, Kuhn, Putnam, Laudan) han contribuido a aclarar la cuestión de los valores en la ciencia.
Hilary Putnam (2002) argumenta que este dogma positivista se ha venido abajo a lo largo del siglo XX, lo cual, como comenta Echeverría también tiene que ver con la propia transformación de la ciencia por la emergencia de la tecnociencia (ver Rasgos distintivos y diferencias entre ciencia y tecnociencia): las actividades tecnocientíficas están impregnadas de varios tipos de valores.
Robert K. Merton en los años 40 comentó que la ciencia es una palabra engañosamente amplia que se refiere a una variedad de cosas distintas aunque relacionadas entre sí. Comunmente se usa para denotar:
La visión de que si alguien sigue el método científico obtiene conocimiento certificado o validado y sin método científico no hay ciencia es clásica, aunque es solo una verdad parcial. También es clásica la segunda afirmación: si aplico el método científico-experimental surge conocimiento.
No se suele comentar sin embargo el tercer aspecto que comenta Merton: que hay un mecanismo de evaluación (por ejemplo, evaluación por pares) por parte de la comunidad científica, que será en última instancia la que acepte que es verdaderamente científico un cierto conocimiento. “Evaluación” tiene que ver con “valores“.
Larry Laudan (1986) estableció lo que él llama el modelo reticular donde la ciencia es metolodogía, epistemología y axiología, con las tres interactuando entre sí, es decir, que tanto el método como el conocimiento incluyen valores que, a su vez, deben de estar basados en conocimiento y una metodología.
Popper mostró que la ciencia no tiene como objetivo alcanzar la verdad, al entender que la verdad es un ideal regulativo al que nunca se llega, afirmando que lo que sí le es posible hacer a la ciencia es refutar la falsedad.
Kuhn en The Essential Tension se pregunta qué hace que una teoría científica sea buena o mala (ya que no puede ser verdadera o falsa) yendo así contra el dogma de la separación entre ciencia y valores, seleccionó y propuso cinco valores que son “valores permanentes de la ciencia”, o al menos tres de ellos. Esta es una tesis muy fuerte porque Kuhn afirma que aunque las teorías cambian, los valores de la ciencia no cambian, son permanentes, y por tanto todas las teorías científicas han de ser al menos: