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cts:el_cambio_tecnico:jose_francisco_alvarez

**¡Esta es una revisión vieja del documento!**

José Francisco Álvarez

En su teoría de la racionalidad trata de superar la racionalidad instrumental pero no cree que para lograrlo haya que caer en la dicotomía racionalidad instrumental vs. racionalidad de fines y propone una perspectiva complementarista o sintética entre ambas que evite utilizar una noción instrumental para unas cosas y una perspectiva expresiva para otras. La racionalidad que Álvarez propone es mezcla de aspectos instrumentales, procedimentales y expresivos.

Ingredientes conceptuales de su teoría de la racionalidad

Una noción completa de racionalidad (ni 'apropiada' ni 'dogmática') debería de incluir: (Álvarez 1992)

  • la autonomía individual
  • la capacidad de ser agente de los individuos
  • la capacidad de actuar como sujeto agente
  • una estructura de preferencias que incluya la valoración de ser responsable de determinada acción

Álvarez toma los conceptos de “clases interactivas” y “espacios de funcionamientos” de Amartya Sen y reorienta esos conceptos para llevarlos a la elaboración de una axionomía general de la ciencia y la tecnología. (ver Evaluación de la tecnología y gobierno de la ciencia)

Los aspectos instrumentales están incluidos en su propuesta aunque Álvarez (2009) descarta los intentos de ampliar la noción de racionalidad instrumental basándose en su potencia y aparente 'naturalidad', como hace Robert Nozick en The Nature of rationality (1993) al considerar que la racionalidad instrumental es algo así como una “racionalidad por defecto”. Por el contrario, sigue la línea de Ariel Rubinstein en Modelling Bounded Rationality (1998) ya que dota al agente de una capacidad ampliada de serlo al incluir en sus modelos el hecho de que los agentes deciden de forma deliberada, aplicando procedimientos que guían su razonamiento sobre 'qué' hacer y 'cómo' decidir, en contraste con los modelos evolutivos, para los cuales los agentes son meros autómatas que reaccionan automáticamente a cambios en su entorno sin deliberar sobre sus decisiones [Álvarez (2992)].

Por ello considera a la racionalidad acotada como la verdadera racionalidad por defecto, a la cual se incorporan otros rasgos de la racionalidad que podríamos considerar complementarios, como los aspectos expresivos propuestos por Hargreaves Heap, que se relacionarían con nuestra preocupación de hacer inteligible para nosotros el mundo, con nuestra capacidad de ser autónomo.

Los aspectos procedimentales coincidirían con la noción de racionalidad acotada (o racionalidad por satisfacción) propuesta por Herbert Simon e incluiría además la aceptación de normas sociales y hábitos culturales que permiten actuar según los materiales disponibles. Por ello esta racionalidad trata de SATISFACER determinados objetivos en vez de OPTIMIZAR.

Los aspectos pragmático-cognitivos

Álvarez (2002) explica los aspectos pragmático-cognitivos de su teoría de la racionalidad mediante tres conceptos con alto componente metafórico y a los que se refiere como “las piezas mínimas para construir un modelo de ser humano”

1. Filtro informativo

Recoge la noción de Amartya Sen sobre la objetividad_relativa_a_la_posicion para indicar que “consideraremos a nuestros conceptos como filtros que seleccionan la información de entre toda la disponible” y por tanto convierten la información disponible en pertinente.

El concepto “información disponible” es interesante porque recoge la idea de que “adoptamos decisiones en una situación de información incompleta, y en muchos casos en situaciones de desconocimiento radical, en las cuales no podemos asignar probabilidades a los sucesos futuros porque ni siquiera conocemos cuáles puedan ser”. (ver El cambio técnico: racionalidad, información, riesgo e incertidumbre)

Por otra parte, la información la recogemos desde una posición en la que estamos situados. La objetividad no es un punto independiente de la posición, la objetividad es siempre relativa a una posición, está situada en un determinado lugar (“a view from somewhere”). El individuo no es eliminable, por mucho que lo pretendan las máximas universalizables de la filosofía moral.

2. Membrana semipermeable

El concepto de “filtro” le sirve para destacar la objetividad situada, pero no recoge completamente el modo en que los humanos somos selectores de información, pues el filtro es pasivo al entorno mientras que la membrana es “sensible al contexto”, por ejemplo dejando pasar más o menos material en función de la concentración de la disolución en la que está actuando.

Este conceptop captura “el papel activo del individuo, tanto la complejidad de sus valores como la importancia del medio en el que se produce la acción”. Somos selectores de información que interactúan entre sí y en un determinado contexto socioinstitucional.

3. Tejido de la racionalidad

Enlaces internos

Álvarez, J. F. (1992) “¿Es inteligente ser racional?”
Álvarez, J. F. (2001) “Capacidades potenciales y valores en tecnología”
Álvarez, J. F. (2002) “El tejido de la racionalidad acotada y expresiva”
Alvarez, J. F. (2004) “La tijera de Simon y la racionalidad ecológica: ecología y valores”
Álvarez, J. F. (2009) “Elección racional y racionalidad limitada”

cts/el_cambio_tecnico/jose_francisco_alvarez.1370099362.txt.gz · Última modificación: 2013/06/01 15:09 por Joaquín Herrero Pintado