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La Estética se convierte en una rama de la filosofía que se encarga de estudiar la manera cómo el razonamiento interpreta los estímulos sensoriales que recibe del mundo circundante (así como la lógica estudia el conocimiento racional, la estética estudia el conocimiento sensible). El objeto de estudio de la estética serían los juicios de gusto y las distintas formas de interpretarlos por parte del ser humano.
El término Estética fue por primera vez utilizada por Baumgarten en 1735. El término procede del griego (aisthesis): sensación. Y en 1750 la define como ciencia del conocimiento sensible (siendo éste condición necesaria para poder descubrir la verdad). Pero sólo más tarde llegará la sistematización de esta disciplina por parte de Kant, quien hablará de una Estética Trascendental como la ciencia de todos los principios a priori de la sensibilidad, que se organiza en torno a dos formas puras de intuición sensible: espacio y tiempo. No se refiere a la representación del objeto por el intelecto a la luz del conocimiento sino que se relaciona, por medio de la imaginación y utilizando solamente la forma intelectual del juicio al sujeto y a su sentimiento de placer o disgusto. En este caso hablaremos de un juicio de gusto, que Kant llama también juicio estético, que puede ser solamente subjetivo.
La Estética se hace autónoma cuando se problematiza la conciencia estética. Así, se puede decir que el objeto de tal ciencia recién nacida no es tanto la Belleza como la interrogación sobre la posibilidad de su captación o experimentación.
— http://teoriadelaestetica.blogspot.com.es/2013/10/la-emancipacion-de-la-estetica-como.html
¿Es la "captación de la belleza" el fenómeno más elemental que podemos estudiar? Más elemental será el de la "creatividad", pues en primer lugar el hombre crea libremente y luego lo considera bello.
1788 | Sobre la imitación constructiva de lo bello |
1790 | Crítica del Juicio |
Los escritos de Moritz tienen la importancia de estar situados en un punto nodal a partir del cual se confirma una categoría de belleza que no depende de postulados morales o teológicos sino que procede directamente de la autodeterminación de los seres, de su no enajenación, y de su vida propia como fuente fundamental de su belleza, de la belleza:
La alternativa es tan brutal que de hecho el mismo Moritz tiene que tomar posición puesto que, finalmente, su pensamiento girará entorno al fracaso organizativo de la sociedad burguesa basada en el extrañamiento de una masa de sus miembros sometidos a trabajo alienado, es decir, no autodeterminado. Moritz no cree en las promesas de redención social de la Ilustración y menos aún puede acogerse a la legitimación del orden de las cosas desde un discurso religioso. La obra de arte es la salida que Moritz encuentra a esta situación de impotencia y desamparo. Esa «salida» se opone a la «idea dominante de utilidad» y a su traducción real en grados crecientes de heteronomía y enajenación.
La obra de arte es entonces la contrafigura de una sociedad organizada según el principio de la racionalidad de los fines, la obra «como un todo existente en sí» abre al espectador las puertas de una existencia superior «liberándole» de las limitaciones de su cotidianeidad: «Cuando lo bello atrae hacia sí nuestra contemplación, la sustrae un tiempo de nosotros mismos y hace que nos parezca que nos perdemos en el objeto bello; y precisamente esta pérdida, este olvido de nosotros es el más alto grado de goce puro y desinteresado que proporciona lo bello.
Apenas dos años después de la publicación del principal ensayo de Moritz «Sobre la imitación formante de lo bello» publicará Kant su Crítica del Juicio que supondrá todo un replanteamiento sistemático de las posibilidades de la estética autónoma como herramienta epistemológica y política.
— http://teoriadelaestetica.blogspot.com.es/2013/10/el-genio-como-expresion-de-la-naturaleza.html
Con la publicación en 1790 de la tercera de las críticas de Kant, la Crítica del juicio, se llegará por fin a un acercamiento sistemático a las cuestiones que vinculaban la producción estética con la noción de autonomía y ésta, a su vez, con la idea de naturaleza.
Kant busca “una concordancia conforme a ley entre naturaleza y satisfacción”
Para Kant podemos hablar de arte estético si éste «tiene como intención inmediata el sentimiento del placer». Que será a su vez agradable o bello respectivamente según: «el placer acompañe las representaciones como meras sensaciones […] o cuando el fin es que el placer acompañe las representaciones como modos de conocimiento […] Arte bello […] es un modo de representación que por sí mismo es conforme a fin, y aunque sin fin, fomenta, sin embargo, la cultura de las facultades del espíritu para la comunicación social» (52)
El gran recurso que Kant utilizará para vincular la obra de arte como obra (opus) de la libre voluntad no sólo con el sentido común, la validez común, de los hombres sino con la naturaleza misma y sus estructuras autónomas es el genio: (53)
“Genio es el talento (dote natural) que da la regla al arte […] genio es la capacidad espiritual innata (ingenium) mediante la cual la naturaleza da la regla al arte […] Así pues el arte bello no puede inventarse a sí mismo la regla según la cual debe efectuar su producto. Pero como sin regla anterior no puede un producto nunca llamarse arte, debe la naturaleza dar la regla al arte en el sujeto (y mediante la disposición de la facultad del mismo)”. (Kant #46)
El genio en Kant es así no tanto un creador original, alguien que aporta una novedad absoluta, cuanto una especie de médium, que vierte en la forma estética una regla que ya estaba en la naturaleza, acaso en «lo que puede considerarse el substrato suprasensible de la humanidad» 40 pero hay que ir con precaución aquí porque no se trata de una regla que pueda resolverse en una receta o una formula: si así fuera, dice Kant, lo bello sería determinable según conceptos. La regla de la naturaleza que el genio incorpora en la forma estética «debe abstraerse del hecho, es decir, del producto en el que otros pueden probar su propio talento, sirviéndose de él como modelo, no para copiarlo, sino para seguirlo». (Kant #47) (53)
Por ello y en la medida en que esta regla la da la naturaleza, el genio mismo no puede «indicar científicamente cómo realiza sus productos» y es que esta productividad, esta deriva, de la regla que la naturaleza presenta, se da al arte y no a la ciencia. Kant opone genio y espíritu de imitación, compara los genios con los hombres de ciencia y acaba reconociendo la superioridad de estos en función del carácter práctico de sus operaciones y de la transmisibilidad y perfectibilidad de sus conocimientos. (54)
Kant en su tercera critica “establece así el ámbito de lo estético como el ámbito modélico de lo autónomo” y además, en cuanto autónoma, “es susceptible de sugerir la idea de una república de los fines, de conformar una esfera pública a la que se accede de modo universal e igualitario puesto que «la capacidad universal de comunicación del estado de espíritu en la representación dada es la que tiene que estar a la base del juicio de gusto como subjetiva condición del mismo»” (Kant IV y IX) (41)
La base de creación de una república de los fines es encontrar una capacidad humana universal en la que se base "el juicio de gusto" (o la creatividad, la sensación de placer)
MODELO DE MORITZ BASADO EN “FUERZA ACTIVA”: La fuerza activa contiene en sí todas las «relaciones» que constituyen el gran conjunto de la Naturaleza. Esta «fuerza activa» que «alcanza a todas las cosas y que a aquella que abraza la quiere formar, al modo de la naturaleza, como una unidad absoluta, suficiente en sí misma…» 23
Naturaleza crea las relaciones entre sus propios elementos. Filosofía de la biología puede ser un factor para encontrarlos.
Lukacs: “cuanto más orgánica es la consumación estética inmanente de una obra de arte, tanto más capaz es ésta de cumplir la misión social que le ha dado vida”
La independencia y autonomía del arte es la base de su influencia social, incluso política.