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xx:antecedentes [2017/12/26 09:50] Joaquín Herrero Pintado |
xx:antecedentes [2018/01/22 11:08] (actual) Joaquín Herrero Pintado [Bibliografía] |
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===== Schopenhauer ===== | ===== Schopenhauer ===== | ||
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+ | Safranski (1991) resume muy bien las ideas de Schopenhauer que posteriormente tendrían un correlato en el siglo XX. | ||
«El absurdo básico del materialismo consiste por tanto en que su punto de partida es lo objetivo..., mientras que, en verdad, todo lo objetivo, en cuanto tal, está múltiplemente condicionado por el sujeto cognoscente y por las formas del conocimiento a las que tiene como presupuesto; por lo que desaparece por completo en cuanto suprimimos al sujeto» (I, 61). | «El absurdo básico del materialismo consiste por tanto en que su punto de partida es lo objetivo..., mientras que, en verdad, todo lo objetivo, en cuanto tal, está múltiplemente condicionado por el sujeto cognoscente y por las formas del conocimiento a las que tiene como presupuesto; por lo que desaparece por completo en cuanto suprimimos al sujeto» (I, 61). | ||
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El procedimiento filosófico trascendental circunscribe en el ser (aunque al principio sólo negativamente) aquello que no entra en la representación, objetividad, causalidad, etc. En este ser no representado anida, según Schopenhauer, la 'voluntad'. Si se le saca de ese ámbito, se convierte en un objeto entre los objetos de la representación y, por tanto, en un eslabón explicativo de la cadena causal de los objetos. Schopenhauer no se cansa de precaver contra tales malentendidos. Subraya que la referencia a la 'voluntad' no constituye una explicación, sino que muestra tan sólo lo que el mundo es al margen de ser un mundo que nos representamos y al que manipulamos, al margen de ser un mundo que precisa de explicación y es susceptible de recibirla (por parte de la ciencia de la naturaleza). «Es tan inapropiado sustituir una explicación física con el recurso a la objetivación de la voluntad como lo sería recurrir a la fuerza creadora de Dios. Pues la física exige causas y la voluntad nunca es causa: su relación con el fenómeno no tiene nada en absoluto que ver con el principio de razón sino que, lo que en sí mismo es voluntad, existe por otra parte como representación, es decir, es fenómeno y como tal obedece a las leyes que constituyen la forma del fenómeno» (I, 208). | El procedimiento filosófico trascendental circunscribe en el ser (aunque al principio sólo negativamente) aquello que no entra en la representación, objetividad, causalidad, etc. En este ser no representado anida, según Schopenhauer, la 'voluntad'. Si se le saca de ese ámbito, se convierte en un objeto entre los objetos de la representación y, por tanto, en un eslabón explicativo de la cadena causal de los objetos. Schopenhauer no se cansa de precaver contra tales malentendidos. Subraya que la referencia a la 'voluntad' no constituye una explicación, sino que muestra tan sólo lo que el mundo es al margen de ser un mundo que nos representamos y al que manipulamos, al margen de ser un mundo que precisa de explicación y es susceptible de recibirla (por parte de la ciencia de la naturaleza). «Es tan inapropiado sustituir una explicación física con el recurso a la objetivación de la voluntad como lo sería recurrir a la fuerza creadora de Dios. Pues la física exige causas y la voluntad nunca es causa: su relación con el fenómeno no tiene nada en absoluto que ver con el principio de razón sino que, lo que en sí mismo es voluntad, existe por otra parte como representación, es decir, es fenómeno y como tal obedece a las leyes que constituyen la forma del fenómeno» (I, 208). | ||
- | La filosofía de la voluntad de Schopenhauer no pretende competir idealmente con las ciencias explicativas de la naturaleza. Por eso he llamado *hermenéutica de la existencia** al procedimiento de Schopenhauer para comprender el mundo partiendo de la voluntad vivida por dentro. La problemática de Schopenhauer, en el punto en el que | + | La filosofía de la voluntad de Schopenhauer no pretende competir idealmente con las ciencias explicativas de la naturaleza. Por eso he llamado **hermenéutica de la existencia** al procedimiento de Schopenhauer para comprender el mundo partiendo de la voluntad vivida por dentro. La problemática de Schopenhauer, en el punto en el que |
se produce el paso decisivo de la representación a la voluntad, es cabalmente hermenéutica. En la siguiente cita están resaltados los términos hermenéuticos: «Refiriéndola, pues, completamente a la representación intuitiva... nos será dado conseguir una aclaración sobre su auténtico significado, sobre ese significado suyo, que normalmente sólo llega por el sentimiento y en virtud del cual tales figuras no nos resultan extrañas al pasar a nuestro lado dejándonos indiferentes, sino que se dirigen a nosotros de manera inmediata, son comprendidas y despiertan un interés que nos absorbe por completo» (I, 137). | se produce el paso decisivo de la representación a la voluntad, es cabalmente hermenéutica. En la siguiente cita están resaltados los términos hermenéuticos: «Refiriéndola, pues, completamente a la representación intuitiva... nos será dado conseguir una aclaración sobre su auténtico significado, sobre ese significado suyo, que normalmente sólo llega por el sentimiento y en virtud del cual tales figuras no nos resultan extrañas al pasar a nuestro lado dejándonos indiferentes, sino que se dirigen a nosotros de manera inmediata, son comprendidas y despiertan un interés que nos absorbe por completo» (I, 137). | ||
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cuadros de la inteligencia, ni cómo podemos ampliarlos o sobrepasarlos. Es preciso que estas dos investigaciones, teoría del conocimiento y teoría de la vida, se reúnan, y, por un proceso circular, se empujen una a otra indefinidamente. Así podrán resolver por un método más seguro, más cercano a la experiencia, los grandes problemas que presenta la filosofía. Porque, si tuviesen éxito en su empresa común, nos harían asistir a la formación de la inteligencia y, por ende, a la génesis de esta materia cuya configuración general dibuja nuestra inteligencia. Ahondarían hasta la raíz misma de la naturaleza y del espíritu. Sustituirían el falso evolucionismo de Spencer —que consiste en recortar la realidad actual, ya evolucionada, en pequeños trozos no menos evolucionados, luego en recomponerla con estos fragmentos y en darse así, de antemano, todo lo que se trata de explicar— por un evolucionismo verdadero, en el que la realidad sería seguida en su generación y su crecimiento."// (Bergson 1963, pp. 436-7) | cuadros de la inteligencia, ni cómo podemos ampliarlos o sobrepasarlos. Es preciso que estas dos investigaciones, teoría del conocimiento y teoría de la vida, se reúnan, y, por un proceso circular, se empujen una a otra indefinidamente. Así podrán resolver por un método más seguro, más cercano a la experiencia, los grandes problemas que presenta la filosofía. Porque, si tuviesen éxito en su empresa común, nos harían asistir a la formación de la inteligencia y, por ende, a la génesis de esta materia cuya configuración general dibuja nuestra inteligencia. Ahondarían hasta la raíz misma de la naturaleza y del espíritu. Sustituirían el falso evolucionismo de Spencer —que consiste en recortar la realidad actual, ya evolucionada, en pequeños trozos no menos evolucionados, luego en recomponerla con estos fragmentos y en darse así, de antemano, todo lo que se trata de explicar— por un evolucionismo verdadero, en el que la realidad sería seguida en su generación y su crecimiento."// (Bergson 1963, pp. 436-7) | ||
- | Bergson reconoce dos fuentes de conocimiento de la vida: el entendimiento que filtra conceptualmente la realidad desde un criterio práctico y la intuición que nos traslada al núcleo vital de la realidad. A partir de esta distinción se establecen dos experiencias del tiempo: la del entendimiento que construye el tiempo físico medible y la de la experiencia interna de la intuición que vive el tiempo como duración. (Adrián | + | Bergson reconoce dos fuentes de conocimiento de la vida: el entendimiento que filtra conceptualmente la realidad desde un criterio práctico y la intuición que nos traslada al núcleo vital de la realidad. A partir de esta distinción se establecen dos experiencias del tiempo: la del entendimiento que construye el tiempo físico medible y la de la experiencia interna de la intuición que vive el tiempo como duración. |
- | ===== Bibliografía ===== | + | Como indica John Abromeit en //Marx Horkheimer and the foundation of the Frankfurt School// (2011, New York, Cambridge University Press, p. 134) : |
+ | >Husserl had subordinated science to philosophy, but he still considered philosoophy to be a logically rigorous and strictly theoretical undertaking. Bergson, in contrast, rejected all forms of conceptual knowledge as inadequate for the purpose of understanding reality. For Bergson, all forms of conceptual knowledge, including science, do not reveal to us the way things are “in themselves,” but are instead useful devices for manipulating reality, particularly “lesser” forms of reality, such as nature or inert matter. Bergson argues that reality in its highest and most authentic form is the unceasingly active, inexhaustible creative will of life. | ||
+ | ===== Bibliografía ===== | ||
+ | Abromeit, J., //Marx Horkheimer and the foundation of the Frankfurt School//, 2011, New York, Cambridge University Press. \\ | ||
Adrián J., [[http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:Endoxa-1999B5A45183-1517-167A-A59C-6BD55232D906/heidegger_concepto.pdf|Heidegger y el concepto del tiempo]], ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.11, 1999, pp. 211-226. UNED, Madrid \\ | Adrián J., [[http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:Endoxa-1999B5A45183-1517-167A-A59C-6BD55232D906/heidegger_concepto.pdf|Heidegger y el concepto del tiempo]], ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.11, 1999, pp. 211-226. UNED, Madrid \\ | ||
Bergson, H., La evolución creadora, en "Obras escogidas", Madrid, Editorial Aguilar, 1963. \\ | Bergson, H., La evolución creadora, en "Obras escogidas", Madrid, Editorial Aguilar, 1963. \\ | ||
+ | Safranski, R., Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, Madrid, Alianza Editorial, 1991.\\ | ||
+ | Ballesteros, E., Presencia de Schopenhauer, Ediciones de la Universidad de Castilla la Mancha, 1992. |