Sobre el poder, 1978

Notas del editor

• (88) Recorre algunas de las obras más importantes de Foucault cuestionando algunas de las interpretaciones más habituales de su obra: su concepto de discontinuidad de la historia o la centralidad de su concepto de intelectual específico (tratado por Foucault en muy pocos lugares)

Sobre este comentario del editor hay que decir que Foucault corrige en varias ocasionesb(aquí, por ejemplo) a los que le adjudican ser autor de una teoría sobre “La discontinuidad de la historia”. El no afirma nada sobre la historia sino que afirma que de hecho se dan discontinuidades y lo que hace es preguntarse por su significado, problematizarlas. La idea original de las discontinuidades procede de Canguilhem y él la expresa como Foucault.

• Ningún intelectual de la epoca, concentrados en la discusión teórica sobre el marxismo, se interesó por su investigación sobre la historia de la locura salvo personas vinculadas a la literatura, como Barthes.

1966, Las palabras y las cosas

• “El libro más difícil y tedioso que yo haya escrito. Es un completo misterio que se haya convertido en un éxito.”
• Se dijo que ese libro planteaba una historia de la filosofía basada en la discontinuidad (Petit Larousse), algo que llegó a convertirse en dogma, a lo que Foucault indica que “el libro dice precisamente lo contrario, plantea la discontinuidad como un problema”, pues se pregunta, por ejemplo, cómo es que un libro de medicina de 1750 sea para nosotros inútil y, sin embargo, uno escrito en 1820 lo incluimos en el mismo tipo de conocimiento que el nuestro. Pero eso no es una tesis filosófica que afirme que la historia es discontinua.

1975, Vigilar y Castigar

• Lo que Foucault intentó con este libro es “escribir un libro de historia que hiciera el problema de las prisiones comprensible y, posiblemente, condujera a la acción”, por lo que no quiso que fuera un libro difícil de leer. El libro se dirigía al gran público y no solo a estudiantes, filósofos o historiadores.

1975, La voluntad de saber

• Es el primer volumen de un enorme proyecto: una historia de la sexualidad
• Foucault indica que tanto los estudios sobre la locura como los de las prisiones se relacionaban con un tema más central: “¿qué es el poder?”. “Me parecía entonces que la sexualidad, en la medida en que toda sociedad está estrictamente regulada, era un buen campo para probar lo que los mecanismos de poder realmente son”.
• Para analizar el poder uno tiene que vincularlo con la represión

• “Para mí el poder es el problema que ha de ser resuelto, […] el modo en el que el poder es ejercido y funciona en una sociedad como la nuestra está poco entendido”
• Foucault cree que falta por revelar lo que hay tras los decision-makers que, como ministros o secretarios, toman decisiones unidas a la vida de los ciudadanos: ¿por qué y cómo se toma una decisión? ¿cómo es aceptada por todos? ¿por qué perjudican dichas decisiones a ciertas categorías? Por ejemplo, respecto a las prisiones, ¿por qué se toma la decisión de encarcelar y no de desterrar o torturar? ¿Por qué se extiende, no solo en las prisiones, sino en, por ejemplo, la aparición de internados jesuitas en el siglo XVII, o en la aparición de talleres que emplean a cientos de trabajadores, la practica de “adiestrar” a los humanos? Aunque cada técnica concreta de entrenamiento haya tenido una justificación puntual (económica o práctica), Foucault cree que “hay unaespecificidad en esas nuevas técnicas de adiestramiento. Los métodos dedicados a condicionar la conducta de los individuos tienen una lógica, obedecen a un tipo de racionalidad, y todos se basan unos en otros”.
• Todo eso que falta por averiguar entra dentro del concepto estrategias de poder

• “Soy un intelectual específico. Trabajo en un campo específico y no produzco una teoría del mundo.”
• El intelectual, para Foucault, debería de acometer un trabajo crítico de su propio trabajo, “un trabajo de examen que consiste en suspender, en la medida de lo posible, el sistema de valores al que uno se remite cuando se lo prueba y evalúa”.