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podcast:episodios:27

Episodio 27. Simbolismo en el arte prehistórico, ¿los inicios de la religión?

En el episodio 25 comenzamos a describir en qué consiste el campo de la filosofía de la religión y vimos que se apoya en lo que dicen diversas ciencias.

En el episodio 26 vimos lo que nos aporta la sociología y hoy veremos qué puede aportar la historia.

Nos remontaremos a los restos más antiguos que conservamos para ver si podemos identificar en ellos cómo vivían los humanos de tiempos prehistóricos su espiritualidad o su religión. ¿Es posible interpretar de forma religiosa los restos prehistóricos de que disponemos o son interpretaciones sesgadas? En este paseo por el simbolismo del arte prehistórico trataremos de contestar esas cuestiones.

“La filosofía no sirve para nada” es un podcast sin pretensiones en el que reflexionaremos sobre el presente.

Participan: Consuelo Gutiérrez, José Carlos García, Juan Carlos Barajas, Joaquín Herrero, Sergio Muñoz y Manuel Francisco


Fecha 30 de abril de 2020
Participan Consuelo Gutiérrez Ortiz
José Carlos García @quobit
Juan Carlos Barajas @sociologiadiver
Joaquín Herrero @joakinen
Sergio Muñoz @smunozroncero
Manuel Francisco @voporen
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Sintonía Mass Invasion, Dilo, álbum Robots (2004)
Intro Pablo Francisco Segura
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Enlaces de interés

Simbolismo prehistórico

Consuelo Gutiérrez Ortiz
Publlicado en Revista CTS de filosofias.es en 2020

Introducción

Las interpretaciones son eso, interpretaciones personales basadas en el conocimiento, pero también y de forma inherente al ser humano, un reflejo de las creencias del que interpreta; y por lo tanto, sujetas a sesgos.

Por ejemplo, una persona religiosa no concebiría excluir a la religión o al simbolismo en la interpretación de las manifestaciones artísticas de este período. De la misma forma, incluiría dentro de la explicación de los ajuares funerarios a la creencia de una vida de ultratumba.

Por el contrario un ateo o un anticlerical, como lo era Mortillet, negaría esta explicación trascendente para el arte prehistórico y podría interpretar el mismo como una mera manifestación estética del “arte por el arte”. O interpretaría los ajuares funerarios o las ofrendas florales como un mero homenaje al difunto.

De la misma manera, un marxista, interpretaría el Neolítico como el final de una estructura social colectivista para pasar a una sociedad de excedentes, con su consiguiente jerarquización.

Cronología

PALEOLÍTICO
Inferior 2.500.000 - 100.000 a.C. Varios “homos”
Medio 100.000 - 35.000 a.C. Neandertal
Superior 35.000 - 10.000 a.C. Neandertal y Sapiens
MESOLÍTICO O EPIPALEOLÍTICO
10.000 - 6000 a.C. Sapiens
NEOLÍTICO
6000 - 3000 a.C. Sapiens
CALCOLÍTICO
3000 -1.700. Sapiens

Abarcar toda la simbología contenida en el Arte Prehistórico sería una tarea ingente, más propia de un tratado que de un artículo divulgativo como es el nuestro. Por ello, se han elegido algunas de las obras y movimientos figurativos que a título particular más nos han llamado la atención como aficionados al Arte que se desarrolló en este período. También hemos elegido tratar brevemente, los rituales funerarios de homenaje a los antepasados.

Agradecimiento: a mis padres.

A. Rituales funerarios

Paleolítico

Podemos encontrar ajuares y/o ofrendas en los enterramientos

Inferior

En la sima de los huesos en Atapuerca se ha encontrado el enterramiento de un Homo Heidelbergensis (300.000 a.C.) junto a un Bifaz con forma de corazón (que se ha denominado Excalibur)

Medio

El ritual funerario es más complejo. Podemos poner los siguientes ejemplos:

  • Capilla de los Santos (Francia)
  • La Ferrasie (Francia): varios adultos y niños con ofrendas
  • Shadinar (Irak) se han encontrado pólenes de flores en algún enterramiento

Superior

Se hacen más extensivas las ofrendas. En el Magdaleniense (17.000- 10.000 a.C.) enterraban a sus muertos con ajuar funerario y pintaban al difunto con ocre.

Neolítico

Encontramos mayor complejidad de los enterramientos y aparece la jerarquización de las tumbas, por la que los individuos con más estatus social tienen un ajuar más rico que los que carecían de él. Encontramos varios tipos de enterramientos:

  • Enterramientos con los difuntos en posición fetal o acostados boca abajo. Casi todos los poblados contaban con un cementerio, un espacio reservado a los muertos, separado del de los vivos. Ejemplo: Pontcharraud
  • En Anatolia, los muertos se mezclaban con la tierra para construir casas. Unos 3 500 años antes de la era cristiana aparecieron las primeras sepulturas colectivas, probablemente familiares; la jerarquía social se reflejaba también en las tumbas: las de los jefes se distinguen del resto por objetos suntuosos.
  • Uso del ocre
  • Enterramientos en las casas

Megalitismo

Fines

  1. Sepulcrales: tumbas colectivas. Paralelo actual: panteones familiares
  2. Relaciones intercomunitarias. Paralelos actuales: auditorios, Parlamentos, recintos feriales…
  3. Lugares astronómicos: en algunos los ejes principales están orientados a la salida del sol en el solsticio de verano lo que podría tener utilidad para los ciclos agrarios (Stonehenge, Gran Bretaña), Carnac (Francia)
  4. Conmemorativos: paralelo actual: Arcos del Triunfo
  5. Identificación social para constatar el derecho a la tierra. Paralelos: contratos de propiedad en una sociedad aún sin escrituraFormas
    1. Hipogeos: la Valeta
    2. Menhires
    3. Alineamientos: Carnac, Stonehedge

B. Arte

Es imposible abarcar una exposición sistemática del arte prehistórico en estos apuntes, pero se intentará dar una visión documentada y al mismo tiempo personal de la posible simbología de este tipo de manifestación artística.

En primer lugar, hay que reseñar que el estudio del Arte Rupestre es muy reciente (siglo XIX) y se inicia con el descubrimiento de unas piezas de arte mueble (arte transportable, por ejemplo: figuritas, plaquetas, adornos…).

Costó que los Académicos y la Iglesia aceptaran que en la Edad de Piedra se fuera capaz de realizar obras de Arte. De esos prejuicios fue víctima Santiago Sautuola, el descubridor de Altamira que fue vilipendiado por la comunidad científica quien al final aceptó el descubrimiento, pero ya era tarde para Marcelino quien había fallecido cuando Cartailhac, publicó el abreviadamente citado “Mea culpa d'un sceptique” rectificando su postura anterior.

El arte prehistórico podemos dividirlo en Arte Mueble (objetos transportables) y Arte Parietal (pintado sobre paredes rocosas).

Arte Mueble Paleolítico

Aunque es muy variado, sólo nos detendremos en las Venus Paleolíticas (Paleolítico superior, periodo Gravetiense: 30.000 a.C)

Son figuras femeninas esteatopígicas es decir, con los signos sexuales muy marcados: pechos prominentes, abdomen abultado y un gran trasero. Se han encontrado en lugares de habitación.

Clásicamente se ha aceptado que tenían un significado religioso, de veneración a la “Diosa Madre” y a la tierra. Pero según teorías actuales podrían ser las propias mujeres quienes se habrían representado grávidas según la perspectiva que aparece cuando una mujer embarazada se mira desde arriba.

Según otras interpretaciones podrían ser iconos de belleza, juguetes o ¿quién sabe? ¿un fetiche sexual?

Arte Parietal Paleolítico

En contra de la primera impresión que se nos viene a la mente, la mayoría del arte prehistórico se encuentra al aire libre (Sudáfrica, Norte y Sur de América y Australia). Concretamente, en Australia algunas manifestaciones en cuevas son accesibles.

El arte de cuevas parietal es típico de Europa, sobre todo en Francia y España datado entre 30.000 y el 10.000 a.C.

Es difícil no recurrir al misticismo cuando queremos interpretar este arte, aunque sólo sea por la localización. Cierra los ojos e imagina que te estás adentrando en una cueva, en una gran cueva, con tan sólo la luz que te proporciona tu teléfono móvil, o una pequeña linterna; el lugar es inaccesible; está oscuro, el silencio sepulcral sólo se ve interrumpido por el sonido sibilante del vuelo de un murciélago o por el sonido de una gota de agua al caer; te vienen a la imaginación las películas donde los sonidos provienen de seres espectrales. La temperatura es baja, y la humedad alta; un escalofrío te recorre la espalda, el pavimento es impredecible y tus pasos se vuelven torpes. Pierdes el sentido de la orientación; sientes claustrofobia y cada recodo de las rocas te devuelve una imagen fantasmagórica. La cueva se ha tornado misteriosa y amenazante, llena de espíritus; te huele a miedo y temor. Si imaginamos estas sensaciones, es lógico que tendamos a asociar el arte desarrollado dentro de las cuevas como secreto y esotérico; representante de lo desconocido, del mundo sobrenatural.

Desde luego, la decoración de las cuevas requería de una gran motivación, ya que los obstáculos y la iluminación las hacía bastante inaccesibles. Las cuevas podrían simbolizar transiciones de la vida humana, donde se celebraran ritos iniciáticos como los del inicio de la pubertad, que para algunas culturas se encarna en la circuncisión y en la nuestra en la toma de la Primera Comunión o el Baile de puesta de largo en Viena. También podrían ser un lugar donde conectar con fuerzas sobrenaturales que vivieran allí y que las imágenes representadas fueran una forma de conexión con esas fuerzas.

Como ya se ha comentado, los primeros objetos artísticos encontrados eran de arte mueble en 1860; concretamente una cabeza de oso y un mamut en Francia.

La primera cueva descubierta fue la de Altamira con su maravilloso friso de los bisontes en 1879 por María Sanz-Sautola quien exclama: ¡mira papá! ¡bueyes pintados! Se había descubierto la Capilla Sixtina del Arte Paleolítico. Al año siguiente, su padre, Marcelino Sanz Sautola, difunde el descubrimiento y es tachado de impostor por los historiadores Mortillet y Cartahilac, quienes negaban que las pinturas de Altamira fueran pintadas por el hombre prehistórico. La Iglesia también se le echó en contra ¿cómo un mono podría haber pintado eso? Hasta que se encontraron pinturas en Combarels y Font Gaume en la Dordoña francesa y posteriormente, Lascaux y un largo etcétera de representaciones pictóricas. Por fin se acepta la existencia del arte rupestre y Cartahilac se retracta en “Mea culpa d'un sceptique” .

Significados

1. Arte por el arte

Fue la primera teoría en aparecer a finales del siglo XIX, impregnada por el anticlericarismo de su ideólogo: Mortillet y levemente inspirada por “El buen salvaje” de Rousseau. Tras descubrirse las figuras de arte mueble anteriormente citadas, esta teoría propugna que el hombre prehistórico vivía en un mundo de abundancia, sin preocupaciones y tenía tiempo libre para dedicarse al arte. Parece una explicación bastante simplista y alejada de la realidad. La vida del hombre prehistórico debía estar bastante alejada de esta visión idílica ya que debía luchar constantemente contra el hambre, el frío, la caza y las heridas; en un continuo y estresante deambular para buscarse el sustento cazando piezas amenazantes.

Cuando se descubren las primeras pinturas rupestres en cuevas y galerías poco accesibles y se observan representaciones muy complejas, con signos misteriosos, la teoría pierde vigencia.

2. Magia de la caza y la fecundidad

Aparece a finales del XIX y principios de XX de la mano de Reinach, Breul y Obermaier. Según esta teoría sería un tipo de magia simpática, una especie de ritual “vudú” (como una muñeca perforada con agujas) tomando modelos etnológicos y estableciendo un paralelismo con tradiciones australianas y de los esquimales. De esta manera se aprehendería el espíritu del animal representado para propiciar la caza o la fecundidad del mismo. Los ritos se celebrarían en las cuevas según ceremonias mágicas y religiosas, oficiadas por “hechiceros” y seguidas tan solo por un grupo de iniciados.

Pero pronto se rechaza el recurso etnográfico que implican porque tal vez estos grupos de etnológicos no estén en el mismo estado evolutivo que los paleolíticos. Además, hay un desequilibrio numérico de las representaciones. Según esta teoría, deberían representarse de forma más numerosa animales heridos o grávidos, pero no es así, ya que estas representaciones son minoritarias y además los huesos de los animales encontrados en las cuevas tienen poca relación con los representados en las pinturas.

3. Estructuralista

Defendida en el siglo XX por Leroi-Gouhan y Raphäel, y bastante “totemista”, rechaza el recurso etnológico y analiza la localización y el número de figuras representadas. Establece un orden diseñado donde unas representaciones se colocarían en las partes más accesibles de las cuevas y otras en las más recónditas (como los animales salvajes). Por lo tanto, las cuevas serían una suerte de Santuarios Organizados. También observan que el binomio bisonte/caballo son los numéricamente más pintados y representarían lo femenino y lo masculino. Las poblaciones serían adeptas al bisonte o al caballo, al igual que actualmente se puede venerar más a La Macarena o al Cristo del Gran Poder; o desde una perspectiva laica, ser del Real Madrid, o del Rayo Vallecano.

La teoría funciona bastante bien, en general, pero esta organización no es continua para todas las cuevas ni para toda la cronología y la teoría también fue abandonada.

4. Chamanismo

Defendida por Lewis y Williams quienes propugnan una teoría neurosicológica y etnográfica. Parten de la premisa de que el ser humano tendente a buscar estados de conciencia alterada con drogas o sin ellas. Los chamanes entrarían en trance y sufrirían una serie de alucinaciones en tres etapas, partiendo de alucinaciones simples hasta otras más complejas. Se basan en las pinturas de humanoides mitad hombre, mitad animal, como el brujo de la cueva de los tres hermanos (Francia), la presencia en Altamira de la galería de las máscaras y de criaturas imaginarias, junto con representaciones de zig-zag y otros signos. Estas alucinaciones se interpretarían de acuerdo con el sistema cultural y la mente del sujeto.

Esta explicación puede verse desde una perspectiva trascendente como lo hacen los chamanes peruanos con la ayahuasca o desde un punto de vista laico cuando nos tomamos un combinado en una discoteca con la finalidad de ser más locuaces y no pasar la noche solos.

5. Territorialidad

Moure en 1944 sostuvo que este tipo de arte sería una concentración de referentes estilísticos grupales. Se apoya en que existen tipologías comunes en un territorio más o menos extenso como ocurre con la denominada “Escuela de Ramales” con sus ciervas taponadas en rojo, o en la tipología de los tectiformes. Por lo tanto, las cuevas serían lugares gregarios, como en el caso de Altamira que está conectada estilísticamente con la cueva del Castillo y con la del Pendo.

6. Otras

Actualmente, y bastante sugerentes, se han lanzado otras teorías que estudian la concavidad y convexidad de los muros y las pinturas en ellas contenidas. Así como la acústica de las salas principales de las pinturas murales donde se ha apreciado que ésta es excelente, por lo tanto podrían servir para ceremonias, actos religiosos, etc.

Aunque las pinturas rupestres las podemos hallar desde el Paleolítico el Paleolítico Superior, la explosión artística ocurre en el último período del mismo denominado Magdaleniense; que podríamos asemejar con nuestro Barroco o nuestro Manierismo (aproximadamente sobre el 17.000-11.000 a.C.). Encontramos Altamira con su maravilloso friso de los bisontes, con figuras magníficamente pintadas, policromas aprovechando los resaltes de las rocas para el relieve de las mismas, Lascaux….

Arte mesolítico-epipaleolítico: azilense

Y sin embargo, entramos en otro periodo, el Aziliense, en torno al 11.000. La forma de vida, no ha cambiado demasiado. Pero en sólo 1.000 años el mundo simbólico prácticamente desaparece. Desaparece completamente el arte rupestre y el arte mueble queda restringido a escasas y poco elaboradas manifestaciones abstractas. Así encontramos los llamados cantos pintados, consistentes en la reproducción de líneas, puntos o simples manchas informes sobre los citados cantos rodados. Como si fueran un cuadro de Miró de mala factura: una piedra con un punto en medio, sin más. ¿Se han vuelto ateos los hombres de Aziliense? Parafraseando a Niezsche: ¿“Dios ha muerto”? Por tanto, no todo ha de ser necesariamente misterioso o religioso en el simbolismo del arte prehistórico; son mensajes que en realidad, no sabemos leer.

Arte mesolítico-neolítico en la península ibérica: arte levantino

Dentro del arte de transición entre el Paleolítico y el Neolítico (8.000-5.000), pero extendiéndose hasta la Edad del Bronce (1.700 a.C.) destaca el arte levantino con unos límites geográficos establecidos en los sistemas montañosos Ibérico y Bético y que comprende prácticamente toda la franja mediterránea desde Almería a Lérida y adentrándose en Cuenca y Teruel.

A diferencia del arte paleolítico, el levantino se sitúa en abrigos rocosos al aire libre, más o menos accesibles.
Se representan figuras humanas y de animales y característicamente con escenas narrativas y movimiento dinámico con un tamaño reducido: normalmente ente 15 a 20 cm.

Obviando su posible valor mágico, ritual o épico se reducen a tres grupos fundamentales: escenas bélicas (danzas guerreras), de caza y de vida cotidiana (recolección de alimentos, como la escena de recolección de miel en la cueva de la Araña en Bicorp; danzas rituales, como en la Cueva de los Moros en Cogull) e individuales.

Es llamativo el vestido y los adornos de los personajes. Los varones están desnudos o llevan pantalones abombachados y el torso desnudo. Portan arcos y flechas y muchas veces se nos muestran a la carrera. Se adornan con plumas y tocados en la cabeza y llevan pulseras. Ellas también tienen el torso desnudo y muestran los pechos, poco abultados, y a veces inexistentes. Visten una falda acampanada y también llevan adornos. La mujeres suelen aparecer en danzas o en escenas de recolección.

El otro gran grupo temático son los animales: cabras, ciervos, caballos, vacas… y los animales también participan en las escenas que poseen gran dinamismo.

El dinamismo citado en las diferentes escenas se consigue reduciendo las características de los humanos y de los animales a expresiones convencionales bastante esquemáticas sin una intención realista y sin perspectiva que no revela una falta de conocimiento técnico sino una intencionalidad cultural diferente.

Se les da una intencionalidad narrativa en posibles santuarios al aire libre. Las figuras podrían ser exvotos y habría conmemoraciones de éxitos en la caza, guerras victoriosas o alguna actividad social ligada al grupo, como una danza.

Arte neolítico en la península ibérica: arte macroesquemático

Los orantes, datados en el V milenio, están magníficamente representados en Pla de Petracos (Castelll de Castells) o en el Barranco del infierno. Se localizan en las sierras de Aitana, Benicadell y Mariola y se realizaron en el Neolítico Antiguo.

Se localizan en abrigos al aire libre y se trata de figuras antropomorfas de varios metros de alto con los brazos extendidos hacia arriba. A unos metros encontramos una gran piedra que podría tener relación con el significado de las representaciones pictóricas.

Se le han dado varias explicaciones, podrían ser un santuario o un lugar de encuentro donde se homenajeara la fertilidad o el ciclo agrícola. Tienen un paralelo en la cerámica cardial de la Cova de L´Or también del V milenio.

Conclusión

Acabamos aquí este pequeño recorrido por diferentes manifestaciones del Arte Prehistórico y su posible explicación simbólica exponiendo las distintas teorías que se han barajado a lo largo del tiempo y a la vez especulando sobre otras distintas. Pero, posiblemente, y parafraseando a Reinach: estas manifestaciones “no pueden ser resultado de una sola causa”. Porque parece simplista meter en la explicación sólo una variable en la ecuación. Además simplista también es interpretar el arte del pasado con impresiones modernas y con los ojos de nuestra propia cultura.

podcast/episodios/27.txt · Última modificación: 2020/04/30 17:49 por Joaquín Herrero Pintado