Algunas de las consecuencia de la transformación social producida por las TIC.
privacidad vs. publificación. “Partes públicas”, Jeff Jarvis
Concepto “personal API” de @naveen con el que publica en forma procesable por programas información sobre su estado físico y sus actividades sociales.
Uso del grado de exposición pública como valor económico: servicios gratuitos en la Red a cambio de explotar comercialmente nuestro perfil de uso
"Los usuarios desconocen qué es una cookie"
“La normativa española (Real Decreto-ley 13/2012) obliga a los titulares de páginas web profesionales a impedir que se instalen cookies en los ordenadores de sus usuarios, a menos que éstos hayan dado antes su consentimiento informado para ello, salvo contadas excepciones.
El problema fundamental de las cookies para la privacidad deriva de la posibilidad de almacenar en ellas cualquier tipo de información. Este hecho, unido a que las cookies se instalan en el ordenador del usuario de forma automática, provoca que algunas organizaciones las usen con fines de espionaje y para la captación de datos personales.
Un problema aún mayor es que los propios usuarios desconocen qué es una cookie o para qué sirve. Por lo general, los usuarios no desean tener que preocuparse por las medidas de prevención necesarias ante la posible instalación de cookies en sus ordenadores.”
Wikipedia, “Ingeniería Social (ciencias políticas)
La Ingeniería social es un término empleado en ciencias políticas en un doble sentido. Primero: esfuerzos para influir actitudes; relaciones y/o acciones sociales en la población de un país o región y, segundo, una manera de implementar o aproximar programas de modificaciones sociales. Ambas acepciones implican tentativas a gran escala, sea por gobiernos o grupos privados.
Wikipedia, ”Ingeniería Social (seguridad informática)“
En el campo de la seguridad informática, ingeniería social es la práctica de obtener información confidencial a través de la manipulación de usuarios legítimos. Es una técnica que pueden usar ciertas personas, tales como investigadores privados, criminales, o delincuentes informáticos, para obtener información, acceso o privilegios en sistemas de información que les permitan realizar algún acto que perjudique o exponga la persona u organismo comprometido a riesgo o abusos.
El principio que sustenta la ingeniería social es el que en cualquier sistema “los usuarios son el eslabón débil”. En la práctica, un ingeniero social usará comúnmente el teléfono o Internet para engañar a la gente, fingiendo ser, por ejemplo, un empleado de algún banco o alguna otra empresa, un compañero de trabajo, un técnico o un cliente. Vía Internet o la web se usa, adicionalmente, el envío de solicitudes de renovación de permisos de acceso a páginas web o memos falsos que solicitan respuestas e incluso las famosas cadenas, llevando así a revelar información sensible, o a violar las políticas de seguridad típicas. Con este método, los ingenieros sociales aprovechan la tendencia natural de la gente a reaccionar de manera predecible en ciertas situaciones, -por ejemplo proporcionando detalles financieros a un aparente funcionario de un banco- en lugar de tener que encontrar agujeros de seguridad en los sistemas informáticos.
Quizá el ataque más simple pero muy efectivo sea engañar a un usuario llevándolo a pensar que un administrador del sistema esta solicitando una contraseña para varios propósitos legítimos. Los usuarios de sistemas de Internet frecuentemente reciben mensajes que solicitan contraseñas o información de tarjeta de crédito, con el motivo de “crear una cuenta”, “reactivar una configuración”, u otra operación benigna; a este tipo de ataques se los llama phishing (se pronuncia igual que “fishing”, pesca). Los usuarios de estos sistemas deberían ser advertidos temprana y frecuentemente para que no divulguen contraseñas u otra información sensible a personas que dicen ser administradores. En realidad, los administradores de sistemas informáticos raramente (o nunca) necesitan saber la contraseña de los usuarios para llevar a cabo sus tareas. Sin embargo incluso este tipo de ataque podría no ser necesario — en una encuesta realizada por la empresa Boixnet, el 90% de los empleados de oficina de la estación Waterloo de Londres reveló sus contraseñas a cambio de un bolígrafo barato.
Otro ejemplo contemporáneo de un ataque de ingeniería social es el uso de archivos adjuntos en e-mails, ofreciendo, por ejemplo, fotos “íntimas” de alguna persona famosa o algún programa “gratis” (a menudo aparentemente provenientes de alguna persona conocida) pero que ejecutan código malicioso (por ejemplo, usar la máquina de la víctima para enviar cantidades masivas de spam). Ahora, después de que los primeros e-mails maliciosos llevaran a los proveedores de software a deshabilitar la ejecución automática de archivos adjuntos, los usuarios deben activar esos archivos de forma explícita para que ocurra una acción maliciosa. Muchos usuarios, sin embargo, abren casi ciegamente cualquier archivo adjunto recibido, concretando de esta forma el ataque. La ingeniería social también se aplica al acto de manipulación cara a cara para obtener acceso a los sistemas informáticos. Otro ejemplo es el conocimiento sobre la víctima, a través de la introducción de contraseñas habituales, lógicas típicas o conociendo su pasado y presente; respondiendo a la pregunta: ¿Qué contraseña introduciría yo si fuese la víctima?
La principal defensa contra la ingeniería social es educar y entrenar a los usuarios en el uso de políticas de seguridad y asegurarse de que estas sean seguidas.
Uno de los ingenieros sociales más famosos de los últimos tiempos es Kevin Mitnick. Según su opinión, la ingeniería social se basa en estos cuatro principios: