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Ciencias de lo artificial y tecnología

Álvarez, J. F. (2004) La tijera de Simón y la racionalidad ecológica: ecología y valores Estamos produciendo un tipo de sociedad en la que cada día más tendremos que hablar de la incertidumbre generada por la propia acción humana (ver incertidumbres_fabricadas), más que de aquellos riesgos que podrían preverse a partir de determinadas leyes de la ciencia y de los sistemas naturales. El estudio de los sistemas artificiales se convierte así en una cuestión de primera importancia, son olvidar que precisamente es la ciencia social una de las ciencias de lo artificial. La reflexión sobre nuestras capacidades críticas y de pensamiento, de lo imprevisible, ocupa así un lugar preeminente en las tareas que hoy deberíamos plantearnos”.

Vivimos en un mundo construido por seres humanos, un mundo artificial. Prácticamente cualquier elemento de nuestro entorno procede de la capacidad humana de construcción de artificios. El científico natural, cuyo objetivo era encontrar pautas de orden en el caos de la naturaleza no parece que tenga los conocimientos idóneos para entender los mundos artificiales creados por el hombre.

Herbert Simon en su libro de 1999 Ciencias de lo artificial investiga estos nuevos mundos reconociendo que hay cierto sesgo peyorativo sobre la noción de “artificial”, nos propone comenzar con una noción del término “artificial” menos cargada valorativamente, enumerando cuatro rasgos para distinguir lo natural de lo artificial:

No identificar lo biológico con lo natural: un campo arado no es ni más ni menos natural que una calle asfaltada

Los artefactos los cambiamos según cambian nuestros objetivos

En su libro Herbert Simon indica que tradicionalmente ha habido una separación radical entre ciencia y tecnología: “Histórica y tradicionalmente, la tarea de las disciplinas científicas ha sido la enseñanza de las cosas naturales: cómo son y cómo funcionan. La tarea de las ingenierías ha sido la enseñanza de las cosas artificiales: cómo hacer artefactos que tengan las propiedades que se desean y cómo diseñarlos

La emergencia de la tecnociencia desdibuja esta frontera al crear un nuevo marco tecnológico donde los aspectos tecnológicos, los científicos y los sociales entran en una red de interrelaciones.

Desdibujando la distinción entre ciencia y tecnología

Hay varios escenarios emergentes en los que se desdibuja la distinción entre ciencia y tecnología.

Teoría de los tres entornos

Teoría de los tres entornos de Echeverría puede tener un antecedente en Simon
el_tercer_entorno

Ciencias del diseño

La perspectiva sobre lo artificial resulta importante para analizar la irrupción, relacionada con la tecnociencia, de las “ciencias del diseño”, en las cuales la distinción entre ciencia y tecnología se desdibuja.

Fernando Broncano (2000) Mundos Artificiales. Filosofía del Cambio Tecnológico:

”la tecnología, sus instituciones, los sistemas tecnológicos y sus productos, los artefactos, conforman un territorio cultural profundamente relacionado con la ciencia, con las ciencias de la modelización artificial y con las técnicas, pero es un territorio que tiene una cierta autonomía en la historia, sus propias tradiciones y reglas”

La aparición histórica de los diseños permitió una creatividad y una innovación desconocida en las épocas basadas en la artesanía. El cambio tecnológico sucederá a partir de ahora transformado en la historia de los diseños, desde que nacen como nebulosos objetos mentales hasta que, transformados en artefactos, se difunden en un contexto social que, a su vez, los cambia y transforma.

Los diseños son los análogos de los modelos científicos.

De modo análogo también, la lógica de la tecnología es la lógica de los diseños, del mismo modo que la lógica de la ciencia es la lógica de los modelos físicos de los objetos. Como objetos culturales, los diseños son algo más que un plano o dibujo: son la forma en la que se producen los objetos técnicos. Por esta razón la racionalidad tecnológica ha de estudiarse en el marco de los procesos de diseño.

Por diseño entenderemos varias cosas que están profundamente interrelacionadas, por lo que, salvo que el contexto lo exija, no separaremos conceptualmente:

Al proceso general le podemos asignar una lógica o forma de desarrollo que es lo que consideramos racionalidad tecnológica en tanto que capacidad para hacer posible la realización de los deseos e intereses o, como hemos sostenido, para crear y aprovechar las oportunidades.

La racionalidad se puede ejercer también, o sobre todo, cuando el sujeto es colectivo y plural.

Bibliografía

Broncano (2000), Mundos artificiales